domingo, 17 de junio de 2012

Bullying y educacion fisica

¿Que es el bullying?

El bullying o acoso escolar es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el mas dominante es el maltrato emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar.
El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.

   





  • Como se produce el bullying en las clases de educación física.

El bullying en educación física se puede producir de diversas maneras, ya que esta asignatura, se desarrolla principalmente en espacios abiertos en donde se realizan diversas actividades recreativas y deportivas, es aquí donde los alumnos muchas veces comienzan con los problemas de bullying, ya que no todos los niños tienen las mismas capacidades físicas, muchas veces se burlan de los alumnos que corren mas lento, o no tienen un buen estado físico, es por esto que comienzan las agresiones y las burlas a los alumnos con estas dificultades. 

    

  • Como influye la clase de educación física para cambiar los problemas del bullying.
La clase de educación física puede tener mucha influencia en los alumnos para poder frenar este acoso escolar, ya que muchas veces para los alumnos el profesor de esta asignatura es el mas cercano, ya que su método de enseñanza es diferente al de los demás profesores, por el hecho de que en esta asignatura se pueden inculcar valores a través del deporte, y ademas realizar actividades donde se pueda conversar el tema del bullying y así lograr aprender mas del tema, y enseñar el como afecta a los niños que son agredidos, ademas de realizar actividades donde todos se traten como iguales y así lograr lazos de compañerismo y amistad.



          











miércoles, 13 de junio de 2012


Autocuidado

Cuidarse a uno mismo, en los campos de la salud física, mental y aspecto físico, es una de las mejores maneras de demostrar el aprecio que debemos sentir por nuestra persona. Sólo tenemos un cuerpo y una vida y debemos hacer todo lo posible por desarrollarla de una manera saludable y que nos permita una existencia agradable y feliz.
El autocuidado debe ser una filosofía de vida. Debemos adquirir unos hábitos de vida saludables que sean cotidianos. No sirve de nada ponerse a dieta y hacer ejercicio un mes y al siguiente volver a un ritmo de vida sedentario en el que no cuidamos nuestra alimentación. De hecho, estos cambios de hábitos acaban resultando más perjudiciales que beneficiosos. Los hábitos saludables deben estar fundamentados en una creencia firme basada en nuestras experiencias de vida.
Hay una serie de estrategias que nos permitirán convertir el autocuidado en una práctica cotidiana:
  • Desarrollar la autoestima: Quererse a sí mismo y creer que somos capaces de seguir unos hábitos de salud, nos ayudará a mantenerlos en el tiempo. Al estar más seguros de nosotros mismos, tendremos más control sobre nuestra vida y podremos motivarnos con más eficacia.
  • Evaluarnos: Observar nuestros conocimientos sobre hábitos saludables, nuestras actitudes y capacidades y nuestro comportamiento en la práctica para poder diseñar un plan de acción
  • Adecuarlo a ti mismo: Cada persona tiene unas características de edad, sexo, experiencias pasadas… Tu plan de cuidado debe ser adecuado a tu cuerpo y estilo de vida de manera realista. Algo que le ha funcionado a otra persona no tiene por qué funcionar para ti y no puedes pretender correr cinco kilómetros diarios de un día para otro si nunca has tenido un entrenamiento previo. Consulta con tu médico cuáles serían las estrategias de autocuidado adecuadas para ti.
  • Cuida también tu mente: No basta sólo con cuidar nuestro aspecto y salud física. Debes buscar tiempo de ocio, actividades que te relajen y te hagan sentir bien, tiempo para las actividades sociales

domingo, 3 de junio de 2012

Colesterol como factor de riesgo







FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR 


 
En Chile la enfermedad cardiovascular es responsable del 20% del total de fallecimientos, constituyendo la primera causa en hombres mayores de 35 años y mujeres mayores de 50 años.

La enfermedad cardiovascular se asocia a ateroescleorosis o enfermedad ateromatosa de los vasos sanguíneos, que se produce por un exceso de colesterol en la sangre, la que se deposita e inflama las paredes de las arterias, reduciendo su diámetro y terminando por dificultar el flujo sanguíneo.

Si se afecta una arteria coronaria se producirá un infarto del miocardio, si se compromete una arteria que lleva sangre al cerebro tendremos un infarto cerebral, si son los vasos de las piernas se produce dolor al caminar o mala circulación distal. Existen factores que aumentan el riesgo de sufrir enfermedad ateromatosa, los que tienen a acelerar el desarrollo de ateroesclorosis.
¿Qué es un factor de riesgo cardiovascular?

Son condiciones individuales que pueden aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular ateroesclerótica. Estos factores se pueden dividir en:

 Factores no modificables, son constitutivos de la persona la que siempre tendrá ese factor de riesgo y no es posible revertirlo o eliminarlo.

 Factores modificables, son aquellos que pueden ser corregidos o eliminados a través de cambios en el estilo de vida.

¿Cuáles son los factores de riesgo modificables?

 Presión Arterial Elevada:
El corazón impulsa la sangre a través de las arterias ejerciendo sobre ellas la presión necesaria para que circule.
La presión arterial está determinada por la cantidad de sangre que bombea el corazón y la resistencia que ofrecen las arterias a este flujo.

La presión sistólica es la presión máxima que se obtiene en cada contracción del corazón y la presión diastólica es la presión mínima durante la fase de relajación.

Presiones arteriales mantenidas sobre 140/90 mmHg, producen daño en las paredes internas de las arterias y esta lesión favorece la formación de placas de ateroma.

Una persona es hipertensa cuando su presión arterial habitual es superior a 140/90 mmHg. Las presiones arteriales sistólicas entre 130 y 140, y diastólicas entre 85 y 90 mmHg se consideran normales altas y deben ser controladas periódicamente.
 Niveles elevados de colesterol:
El colesterol es una sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo y es fundamental para el normal funcionamiento del organismo.

El colesterol es el compuesto que mayoritariamente se deposita en las arterias, estrechándolas.

Para circular en la sangre, el colesterol se combina con proteínas llamadas lipoproteínas cuya misión es transportar el colesterol y los triglicéridos. Estas lipoproteinas se sintetizan en el hígado y en el intestino.

Al porcentaje de colesterol que circula unido a la lipoproteína HDL se le llama colesterol bueno y al que circula unido al LDL se le llama colesterol malo.

 HDL: Estas lipoproteínas se encargan de arrastrar el colesterol desde las arterias al hígado para que lo elimine, por lo tanto, protege al organismo de la acumulación de colesterol en las células y las arterias.

 LDL: Estas lipoproteínas transportan el colesterol por todo el organismo y si se encuentran sobre los valores aceptables, permiten que se deposite en las arterias. Este complejo colesterol LDL se deriva de dietas ricas en grasas saturadas y colesterol.

El colesterol, en cifras normales, es imprescindible para el metabolismo de cualquier célula, sólo resulta peligroso si sus niveles sanguíneos se elevan.

Establecer una cifra normal de colesterol es difícil, pero se sabe que las personas con nivel de colesterol en la sangre mayor a 240 mg/dl tienen doble riesgo de tener un infarto al miocardio que aquellas con niveles menores de 200 mg/dl.

 Tabaquismo:
El tabaco es el factor de riesgo cardiovascular más importante, con la particularidad que es el más fácil de evitar.

El fumar o estar expuesto a fumadores daña las paredes internas de las arterias, permitiendo el depósito de colesterol en ellas.

Está demostrado que la incidencia de enfermedad coronaria es tres veces mayor en los fumadores que en las personas que no tienen este hábito.

Existen 3 mecanismos por los que el tabaco puede producir enfermedad coronaria o cardiovascular:

1. La nicotina desencadena la liberación de las hormonas adrenalina y noradrenalina que producen daño en la pared interna de las arterias.

2. La nicotina produce alteraciones de la coagulación, aumenta la capacidad de las plaquetas para unirse y formar coágulos (agregabilidad plaquetaria).

3. El fumar produce un incremento de los niveles de colesterol malo y reduce los niveles de colesterol bueno.

 Sedentarismo:
La inactividad física se considera uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de las enfermedades cardíacas, incluso se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular.

El ejercicio regular disminuye la presión sanguínea, aumenta el colesterol HDL y ayuda a prevenir el sobrepeso y la diabetes. Por otro lado colabora a disminuir el estrés, considerado como otro factor que favorece la aparición de complicaciones.

La Asociación Americana del Corazón recomienda realizar entre 30 a 60 minutos diarios de ejercicios aeróbicos para reducir el riesgo de sufrir un infarto.

Antes de iniciar cualquier programa de entrenamiento físico se recomienda consultar con su médico.
 Obesidad:
Este es un problema serio de salud y presenta un marcado incremento en nuestro país.

Clásicamente se ha definido la obesidad como el incremento del peso debido al aumento de la grasa corporal.

Se produce cuando el número de calorías ingeridas es mayor que el número de calorías gastadas.

Muchos estudios han demostrado que los pacientes obesos presentan más enfermedad cardiovascular que las personas de peso normal.

Actualmente se calcula el Índice de Masa Corporal (IMC) y según el valor obtenido se clasifica el nivel de sobrepeso.

El IMC se calcula como:
El peso en kilos
dividido por la altura en metros al cuadrado.
 
 Diabetes:
La diabetes produce un aumento de la glucosa en la sangre, desencadenado por la incapacidad del organismo para producir suficiente insulina o responder a su acción adecuadamente.

Este estado de hiperglicemia produce una arteriosclerosis acelerada, dañando progresivamente los vasos sanguíneos.
 Estrés:
Está reconocido que el estrés aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.

El estrés no puede eliminarse totalmente, es una reacción normal de las personas ante un evento externo, por lo que no es perjudicial en sí mismo. Cuando se hace inmanejable, se genera un desequilibrio que puede llevar a aumentar el riesgo cardiovascular.
 Alcohol:
El consumo excesivo de alcohol puede elevar los niveles de presión arterial y triglicéridos y así aumentar el riesgo de problemas cardiovasculares.

La ingesta moderada de vino tinto, máximo dos copas diarias, puede elevar los niveles de colesterol HDL.


¿Cuáles son los factores no modificables?

Sexo: Los hombres tienen mayor riesgo de enfermedad coronaria. Las mujeres tienen el efecto protector del estrógeno.

Este riesgo se iguala cuando la mujer llega a la menopausia.

 Herencia: El riesgo de enfermedad ateromatosa aumenta si algún familiar en primer grado ha desarrollado una enfermedad coronaria o vascular.

También es importante el antecedente familiar de aneurisma de la aorta.

 Edad: El riesgo cardiovascular aumenta con el paso de los años. Se ha establecido que los hombres desde los 45 años y las mujeres desde los 55 años aumentan notoriamente su riesgo de desarrollar esta enfermedad.

 Antecedentes personales de enfermedad coronaria y vascular:
Las personas que tienen enfermedad coronaria diagnosticada, presentan mayor riesgo cardiovascular, es decir, una mayor probabilidad de desarrollar un nuevo episodio de enfermedad coronaria de otros vasos arteriales.


¿Cómo podemos disminuir el riesgo de sufrir alguna enfermedad cardiovascular?

Para disminuir los factores de riesgo es necesario introducir cambios en el estilo de vida.

Le recomendamos:

 Controlar periódicamente su presión arterial.

 Disminuir el consumo de sal, té y café si se tiene presión alta.

 Moderar el consumo de alcohol.

 Mantener un peso adecuado a la estatura.

 Llevar una alimentación completa y equilibrada, no abusar de productos precocinados, congelados o fritos y alimentos ricos en grasas animales.

 Aumentar el consumo de legumbres, verduras y fruta.

 Seleccionar alimentos de alto valor nutritivo, pero de escaso valor calórico.

 Ajustar la alimentación a las necesidades del estilo de vida. No puede consumir el mismo número de calorías una persona que realiza un trabajo sedentario que un deportista.

 No creer en dietas mágicas. No dan resultado y pueden ser muy perjudiciales para la salud. Una dieta alimenticia sólo debe establecerla un especialista.

 Dejar de fumar.

 Hacer ejercicio de acuerdo al estado de salud, características físicas y aficiones. Si la actividad física no resulta placentera rápidamente se abandona.

 Puede ser más efectivo tomar clases de baile, que inscribirse en un gimnasio.

 La Asociación Americana del Corazón recomienda realizar entre 30 a 60 minutos diarios de ejercicios aeróbicos, como caminar a un ritmo de 6 km/hr, para reducir el riesgo de sufrir un infarto.

 Antes de iniciar cualquier programa de entrenamiento se recomienda consultar con el médico.

 Modificar costumbres para mantener saludable el corazón: caminar más, no tomar el ascensor, realizar las pequeñas compras sin utilizar el auto, fomentar el contacto con la naturaleza.

 Dejar tiempo libre para esparcimiento y para descansar.

 Aprender a controlar las emociones.

 Dormir las horas necesarias y en las mejores condiciones ambientales posibles.

 Ser positivo y con sentido del humor para afrontar los problemas diarios.

Realizar un chequeo médico preventivo anual según la recomendación del médico.